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Unión Demócrata Independiente (UDI) (página 2)




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  • Jaime Guzmán Errazuris:

Este personaje, carismático, admirador y amigo de
Jorge Alessandri, compartía la desconfianza y el recelo
frente a la demagogia de los dirigentes políticos de su
época, así como también su aversión
al marxismo y a
los regímenes socialistas, y su respaldo a los de corte
presidencialista autoritaria; sus ideas lo convirtieron en el
fundador del gremialismo y mentor de la UDI, la que
dirigió como su presidente, consolidándolo como
partido de elite, fue más halla de esto,
distinguiéndose en la redacción de la Constitución de 1980, la cual cuenta con su
sello personal,
convirtiéndose, inclusive, en una de las personas
más importantes a en cuanto al retorno a la democracia en
Chile, razón por la que desee desarrollar una breve
biografía
de este.

Nacido el 28 de junio de 1946, fue hijo de Jorge
Guzmán Reyes y Carmen Errazuriz Edwards, y el único
hombre de tres
hermanos. Estudió en el Colegio Sagrados Corazones de
Santiago, destacado alumno, siempre tuvo fascinación por
la literatura. En
los últimos años de colegio, durante el gobierno de Jorge
Alessandri, ya tenía interés en
la política y
se sentía identificado con la derecha.

Ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad
Católica en 1963, de la que egresaría en 1968.
Desde el primer año fue delegado de curso, demostrando su
gran inquietud en la defensa de sus ideas. Fue uno de los
líderes del gremialismo en la Universidad Católica
de Chile, junto a sus compañeros Hernán
Larraín, Raúl Lecaros y Manuel Bezanilla, entre
otros. Este movimiento
planteaba una concepción despolitizada y de
fortalecimiento de los grupos
intermedios. Surgió como reacción al movimiento de
reforma universitaria que impulsaban los estudiantes de las
universidades Católica y de Chile, a mediados de la
década que comenzó en 1960. Guzmán
señalaba que "el gremialismo es una concepción
válida no sólo para la Universidad, sino que para
todos los cuerpos intermedios de la sociedad".
Ocupó el cargo de vicepresidente del Centro de Alumnos de
Derecho en 1966, y al año siguiente resultó elegido
presidente. Ese fue un año de gran expansión del
gremialismo, extendiéndose a casi toda la Universidad
Católica.

Desde 1968, Jaime Guzmán desempeñó
funciones
docentes en la
Facultad de Derecho, primero como ayudante egresado, luego como
profesor
auxiliar, y finalmente como profesor titular de Teoría
Política y Derecho
Constitucional.

A partir de 1968, Jaime Guzmán escribió en
diversos medios
periodísticos —El Mercurio, Qué Pasa, PEC,
Portada, Realidad, etcétera— artículos sobre
temas jurídicos, políticos y sociales. Fue
también comentarista estable de las radios Portales y
Minería, y
participo en el programa
"Aquí se improvisa de Canal 13. Posteriormente, fue
columnista de La Segunda, Ercilla y La Tercera. Por su agudeza y
capacidad de polemizar, se convirtió en una corriente de
opinión que marcó un estilo.

Luego del 11 de septiembre de 1973, Guzmán fue
invitado por el general Gustavo Leigh al gobierno, como asesor en
materias jurídicas. Se le consideró el
"ideólogo" del gobierno militar chileno;
desempeñó el cargo de asesor hasta 1983. Al poco
tiempo de
iniciar esta labor, fue nombrado para integrar la Comisión
de Estudios de la Nueva Constitución, que redactó
el anteproyecto de
la misma sometido a plebiscito en 1980.

Jaime Guzmán fue el creador del artículo
octavo transitorio de la Constitución Política de
1980. Este sancionaba con la pérdida de los derechos ciudadanos a los
grupos y personas que propagasen doctrinas que atentasen contra
las bases de la institucionalidad; es decir, los partidos y
militantes de izquierda.

El fracaso del modelo
económico impulsado por los "Chicago Boys", un grupo de
inversionistas norteamericanos, alejó a Guzmán del
gobierno por un tiempo, siendo uno de los líderes del
gremialismo que respaldó de manera más
enfática esta política neoliberal.

Retorna a la política en 1983
convirtiéndose en presidente de la UDI, puesto que
ostentara hasta 1987, cuando ingresa a la presidencia de
Renovación Nacional, para retornar a la UDI en 1988,
ostentando el cargo de presidente hasta su muerte.
Ingresa además a una comisión asesora de redactar
las Leyes
Orgánicas Constitucionales, finalizadas en 1989. En las
elecciones parlamentarias de aquel mismo año
resultó electo senador por el distrito Nº 7,
correspondiente a Santiago norponiente. Se destacó por su
dura oposición al gobierno de Patricio Aylwin,
criticándolo especialmente por la supuesta debilidad que
las nuevas autoridades del país tenían ante las
acciones
terroristas ocurridas en la época.

El 1 de abril de 1991 Jaime Guzmán fue asesinado
por un comando del Frente Patriótico Manuel
Rodríguez (FPMR) a la salida del Campus Oriente de la
Universidad Católica, después de haber dictado su
clase de
Derecho Constitucional. Su muerte significó la
pérdida de una de las figuras ideológicamente
más claras e influyentes de la derecha.

  • Evolución del partido:

En el contexto anteriormente citado, ocurría que
durante el año 1967, al interior de la Universidad
Católica de Chile, el Presidente del centro de alumnos de
la facultad de derecho, Jaime Guzmán Errázuriz,
lideraba a una reducida minoría opositora a los intentos
de la Federación de Estudiantes de la Universidad
Católica (FEUC), de tendencia democratacristiana, por
iniciar una reforma radical en la orbita de la educación
superior. Por su parte la izquierda marxista ganaba terreno
en el mundo universitario.

Aquel grupo había nacido a principios de
1966, de la mano de Jaime Guzmán y estaba integrado
principalmente por Hernán Larraín, Sergio
Gutiérrez, Ernesto Illanes, Felipe Lamarca, Máximo
Silva, Manuel Bezanilla, Luis Monge, Rodrigo Mujica, Roberto
García, Raúl Lecaros y Jovino Novoa, quien es
actualmente presidente del partido, entre otros.

Jaime Guzmán fue el líder
natural del movimiento desde sus comienzos, ya que conjugó
desde muy joven la máxima solidez doctrinal y moral con un
notable sentido de la oportunidad y la decisión en sus
acciones. Era un líder muy distinto a todos los
demás.

"Pocas veces, quizás nunca antes, ha habido en
la historia de
Chile un grupo de personas tan entregadas a una causa, con
tal nobleza y esprendimiento: ser gremialista era, simplemente,
un modo vibrante de enfrentar la realidad, con optimismo y
valentía; el éxito
podría llegar de inmediato o más adelante, pero
desde un comienzo, Guzmán les infundió la voluntad
de triunfar, de no capitular, por difíciles que fueran las
circunstancias
." , expresan los gremialistas con respecto a
aquella etapa de su historia.

En 1972, Javier Leturia fue elegido quinto presidente
gremialista consecutivo y Juan Carlos Bull consiguió ganar
en la Universidad Católica de Valparaíso. El ideal
de Guzmán comenzaba a encarnarse en miles de
universitarios y decenas de organizaciones
estudiantiles que defendían la doctrina gremialista. Es
que Jaime Guzmán había comenzado a generar un
estilo nuevo en la acción
pública, que exigía el crecimiento personal de sus
compañeros y seguidores. Por eso, en Arica, Antofagasta,
Valparaíso, Concepción y Valdivia se desarrollaban
paralelamente los distintos movimientos gremiales, a cargo de
jóvenes como Juan Carlos Bull, Francisco Bartolucci,
Eugenio Cantuarias, Carlos Vío, Javier Vera, Carlos
Goñi, René Piantini, Jaime Torrealba, Carlos
Valcarce y muchos otros.

Guzmán, dotado de una gran inteligencia
política, vio desde un comienzo el enorme peligro que a
corto plazo significaba un gobierno en manos de los socialistas y
de los comunistas. Las sucesivas agresiones que Allende y su
gente iniciaron contra la institucionalidad democrática
removieron aún más el ánimo de Guzmán
y sus seguidores, poniéndose las diversas organizaciones
gremialistas en un creciente estado de
alerta ante el gobierno marxista. Estar en contra de Allende se
hizo sinónimo de la defensa de un Chile libre y de
instituciones
intermedias libres.

Definitivamente, los gremialistas estaban
empeñados en librar a Chile del gobierno marxista, para lo
que hacía falta mucho coraje y una persistencia a toda
prueba, sin ser profesionales de la política, sino
sólo estudiantes, empleados y trabajadores comprometidos
con un alto ideal, que todo lo realizaban artesanalmente, aunque
con un enorme sentido del deber.

El momento llegó y el 18 de Septiembre de 1973 el
gobierno de Salvador Allende cae frente a un golpe de estado,
dando inicio al gobierno de una Junta Militar compuesta por los
comandantes en jefe. Guzmán y sus colaboradores,
entendieron que había que respaldar e incorporarse al
nuevo gobierno.

Con el correr de las semanas, Guzmán
aceptó integrar la comisión encargada de redactar
una nueva Carta
Fundamental, tarea importantísima, pues la Unidad Popular
prácticamente había destruido la institucionalidad
chilena. Por su aporte, Guzmán comenzaba a colaborar
más detenidamente con el gobierno en criterios, textos, y,
sobre todo, en la designación de numerosas personas para
cargos públicos durante todos esos primeros
años.

Paralelamente, Guzmán continuaba coordinando la
acción de su gente en reuniones semanales y no
perdía de vista las universidades porque sabía que
de ahí saldrían muchos servidores
públicos que el nuevo Chile reclamaba. Era la
contemplación de un Chile destrozado y la posibilidad de
rehacer una patria digna y soberana lo que movió a cientos
de jóvenes profesionales a dejar de lado notables
oportunidades y dedicar sus mejores años al servicio
público.

Así, Jaime Guzmán y su gente fueron
encontrando diversos cauces efectivos en el gobierno militar para
hacer de Chile una gran nación,
constituyendo una influencia gravitante y una fuerza
decisiva en la definición de un itinerario constitucional
que culminase en la entrega de una nueva democracia para el
país.

Guzmán, apoyado por Miguel Kast, hombre
ferviente, que estuvo a su lado desde la época
universitaria del gremialismo, comprendió la necesidad de
expandir aquellos ideales por las regiones, esta diáspora comenzó en 1970,
forjándose así personas como Patricia Matte,
Cristián Larroulet, Martín Costabal, Ernesto Silva,
Denisse Caiyaundjian, Juan Hurtado, Antonio Recabarren, Julio
Dittborn, Jorge Selume, Felipe Lamarca, Norman Bull, Marcelo
Astoreca, Pablo Ihnen, Luis Larraín, José
Yuraszeck, Alvaro Donoso, Alvaro Vial, Renato Peñafiel,
María Teresa Infante, Juan Ariztía, Juan Antonio
Guzmán, Evelyn Matthei, Cristóbal Philippi,
José Pedro Undurraga, Norman Bull y, por cierto,
Joaquín Lavín.

Así, las generaciones sucesivas de gremialistas
fueron colaborando en la aplicación de un sistema de
economía
social de mercado, con las
consiguientes modernizaciones en el área laboral,
previsional, de salud, de vivienda y de
educación,
que llegaron a ser núcleo fundamental de las realizaciones
del régimen militar. Pero el movimiento gremialista
reconocía la necesidad de consolidar dichos futuros
funcionarios y políticos, Guzmán promovió la
participación de los jóvenes durante el gobierno
militar y, principalmente, que estos fuese escuchados surgiendo
flamante la Secretaría Nacional de la Juventud,
organismo con que el régimen naciente quería llegar
a conocer y satisfacer las necesidades de los jóvenes de
Chile.

Parte de estos jóvenes, que iban adquiriendo
experiencia política en cargos de gobierno, formó
en el Cerro Chacarillas, en julio de 1975, el Frente Juvenil de
Unidad Nacional, anticipando el lugar en que, dos años
después, el presidente General Augusto Pinochet
señalaría el itinerario de la transición a
la democracia, discurso en el
que de modo evidente se percibía que Jaime Guzmán
había logrado presentar la mejor opción, frente a
quienes se oponían a que el gobierno militar fijara un
camino institucional hacia la democracia.

El Frente Juvenil de Unidad Nacional aspiraba a reunir y
organizar a la juventud chilena para trabajar en la grandeza
futura de la Patria, respaldando al gobierno, pero como
movimiento autónomo del régimen. Así el
movimiento gremialista de Jaime Guzmán mostraba a la
emergente nación
su primera fundación propiamente
política.

Por otra parte, el frente Juvenil de Unidad Nacional fue
una sorpresa y orgullo para Guzmán, aunque
reconocía que aun no eran estos el grupo de gremialistas
que consolidarían el gobierno militar. Por eso, en 1979
nace Nueva Democracia, una nueva expresión política
de la gente de Jaime Guzmán. En su primer manifiesto,
señalan que la democracia es la forma de gobierno
más adecuada para Chile, que el sufragio
universal debe ser el método
predominante para generar las autoridades políticas,
que la soberanía debe reconocer límites
objetivos
entre los que sobresalen los derechos que emanan de la naturaleza
humana, anteriores y superiores al Estado, que rechazan por
incompatible con la democracia la perpetuación de un
régimen militar, y que sólo una actitud
moda o miope de
ciertos sectores podría pretender endosarle
indefinidamente a las Fuerzas Armadas y de Orden una responsabilidad que correspondía en
definitiva a la ciudadanía toda, como es el ejercicio
habitual de la actividad política contingente.

Guzmán participo en la redacción de la
Constitución de 1980, dándole su toque singular y
personal; dicha carta expresa, entre otras cosas, la existencia
de partidos
políticos, de un sistema electoral que garantice la
efectiva igualdad entre
ellos y los independientes, la vigencia de un sistema
económico que asegure la libertad
económica, exigencia básica para la existencia de
la libertad política. Debido a esta gran obra, en 1980,
Jaime Guzmán y su gente desplegaron sus mejores esfuerzos
para apoyar la aprobación plebiscitaria de la nueva
Constitución Política del Estado, desarrollando
durante un mes de campaña el mayor trabajo
electoral casa a casa que se hubiese conocido en la historia de
Chile.

La Constitución de 1980 poseía una carta
anexa que sería fundamental para los años
siguientes, contemplaba un itinerario para la transición
desde el gobierno militar a uno de plena democracia. Por eso,
Jaime Guzmán y quienes seguían sus inspiraciones,
siempre defendieron la Constitución, incluso cuando el
gobierno militar pareció titubear respecto de su contenido
en los turbulentos días de la crisis
económica 1982-1983 y sus secuelas políticas de los
años siguientes.

En el ambiente
propicio de la apertura política de 1983, Jaime
Guzmán y un grupo de jóvenes vieron la necesidad de
dar un paso más: crear una organización ya formalmente
política, que agrupara a quienes tenían una
historia y un ideal en común. El Frente Juvenil y Nueva
Democracia debían dar un paso a una nueva etapa, mejor
articulada y más cercana al futuro democrático
pleno. Así nació la Unión Demócrata
Independiente, el 24 de Septiembre del año ya citado, con
un Comité Directivo presidido por Guzmán e
integrado por el ex Ministro del Interior, Sergio
Fernández, Javier Leturia, Guillermo Elton Pablo Longueira
y Luis Cordero.

El germen de la UDI nacía en un clima de especial
adversidad, incluso mal visto por buena parte de las autoridades
del gobierno con el que se había colaborado intensamente.
"Los miembros de la UDI actuarían como demócratas
independientes en lo político, pero como gremialistas en
lo gremial. Desde sus inicios, la UDI buscó tener un
carácter popular, convertirse en un partido
que rompiese con el tradicional aislamiento de los
políticos no marxistas respecto de los sectores
poblacionales, superar el absurdo marco de lucha de clases
impuesto por
la dialéctica comunista.", fue la tendencia de la UDI en
aquellos instantes como lo expresan los gremialistas.

"No nos permitiremos dar un paso atrás en nuestra
tarea de consolidar la UDI." Fueron las palabras de Guzmán
a sus compañeros, mientras se continuaba con el trabajo en
el sector poblacional, mientras los dirigentes luchaban por
profundizar al institucionalización del país y se
persistía en el apoyo a la modernización
económica y social y junto con continuar desarrollando una
importante gestión
en los gobiernos municipales, en 1987, a la luz de la nueva
ley de
partidos políticos y frente a la cercanía del
plebiscito que debería terminar la sucesión del
régimen militar, marcó el reinicio de la actividad
política y el momento que la UDI, debería
transformarse en partido político.

Llegaría el momento de un breve paréntesis
en su historia, cuando, junto con la Unión Nacional y el
Frente
Nacional del Trabajo, conformó Renovación
Nacional. La primera directiva quedó presidida por el
abogado independiente Ricardo Rivadeneira, y los vicepresidentes
Andrés Allamand, Juan de Dios Carmona y Jaime
Guzmán. La crisis estalló pronto y se
concretó en la expulsión de Jaime Guzmán,
quien denunció irregularidades en las primeras elecciones
internas y pidió la renuncia de toda la Directiva, de la
cual él mismo era parte. Con su habitual fortaleza, y
convencido que el paso en falso no podía frustrar el
proyecto
político, Guzmán reagrupó a los militantes
de la UDI, quienes, en número de miles, abandonaron
Renovación Nacional, primero para formar un movimiento,
"UDI por el Sí", y luego, a pesar de la derrota de esa
opción en el plebiscito, un partido
político.

Primero era necesario reorganizarse como partido, luego
reorganizarse contra el embate de los demás sectores
partidistas, quienes, sin excepción, querían ver
desaparecer a la UDI de la arena política, como ellos lo
declaran; finalmente el partido debía de sobrevivir sin su
mentor.

Después de un lapso como partido en
formación y en cuya Comisión Política
participaron entre otros Ernesto Silva, Willy Arthur, Federico
Valdés, Gabriel Villarroel, Carlos Villarroel, Alicia
Soto, Fabio Valdés, Andrés Tagle y Gonzalo Rojas,
el 16 de mayo de 1989 la UDI completó su proceso de
inscripción como partido político. Contra todos los
augurios de los que injustamente la responsabilizaban del quiebre
de Renovación Nacional, más de 80.000 militantes
dieron nacimiento a la UDI. En Abril de 1989, en el Consejo
General del partido, la primera Directiva, que estaba integrada
por el Presidente Jaime Guzmán, quien aun no
fallecía; y los Vicepresidente, Jovino Novoa, Francisco
Bartolucci, Eugenio Cantuarias, Julio Dittborn, y Joaquín
Lavín; el Secretario General, Pablo Longueira y el
Tesorero Arturo Matte, traspasó el mando a una nueva,
integrada por el Presidente Julio Dittborn; Vicepresidentes,
Jovino Novoa, Francisco Bartolucci, Eugenio Cantuarias,
Andrés Chadwick, Pablo Longueira y Secretario General,
Joaquín Lavín.

La amenaza de la Concertación, a como ellos se
refieren, no se concretó gracias a varios factores: "el
triunfo de Jaime Guzmán fue emblemático y
marcó un hito que derivará en historia; la
capacidad política de Jaime y la movilidad y
decisión de la UDI, le permitieron al partido ser el
primero de la Oposición que concurriera a entrevistarse
con Patricio Aylwin, Presidente electo, descolocando al mundo
político. El trabajo parlamentario hizo el resto. La
bancada de 14 Diputados de la UDI fue reconocida como la mejor en
el primer año de funcionamiento del Parlamento y fue
público también el reconocimiento a la notable
gestión de los Senadores Guzmán, Cantuarias y
Urenda", expresan en su sitio web los
gremialistas.

Jaime Guzmán, único senador asesinado en
la historia de Chile, se venía convirtiendo en mucho
más que un icono del partido. Jaime Guzmán
consideraba que el Primer Mandatario ya contaba con las herramientas
legales para favorecer a quienes no hubieran cometido hechos de
sangre.

Premonitoriamente, Guzmán advirtió sobre
el peligro de la actividad terrorista vigente en Chile y sostuvo
que personas que podrían ser beneficiadas con la enmienda
constitucional estaban vinculadas a las mismas organizaciones que
continuaban ejecutando y reivindicando crímenes
terroristas, como el Frente Lautaro o el Frente Manuel
Rodríguez.

El cobarde asesinato de Jaime Guzmán
ocurrió cuando apenas llevaba un año ejerciendo el
cargo de elección popular. Manteniendo,
simultáneamente, vigente la necesidad de conservar la
herencia del
régimen militar, es decir, el articulado permanente de la
Constitución Política y el marco
económico-social, con su habitual disposición a
perfeccionar las normas de
carácter accidental. Medio año después del
atentado, la UDI se embarcó en un ambicioso proyecto:
realizar el Congreso Doctrinario "Jaime Guzmán
Errázuriz", anticipándose, con una reflexión
oportuna, a los cambios políticos y sociales en el
país y en el mundo entero, producto del
derrumbe de los socialismos reales y del complejo proceso de
globalización. Recogida, todavía con
un profundo dolor, la UDI se abocó a actualizar su
propuesta partidaria.

Allí se consagró la definición de
la UDI como un partido popular, pues el protagonista y
destinatario de la acción del partido es el pueblo
chileno, formado por todos sus habitantes sin exclusión
alguna. En concreto,
reafirmó su vocación de ser un partido con una
fuerte presencia en sectores poblacionales, donde la gente
sencilla de nuestro país comprenda esta opción y la
apoye, sintiéndola propia.

La UDI se definió también como un partido
que promueve la libertad plena del pueblo. Una libertad
responsable y creadora de más libertad. Por eso, la UDI,
como partido del pueblo libre, había acuñado su muy
logrado "fuerza creadora". Insistió, por tanto, en su
apoyo a la cultura, a la
subsidiaridad, a la democracia y a la economía social de
mercado, en cuanto son todas emanaciones de la libertad. Desde
esta perspectiva, el partido recordó que postulaba que el
cristianismo,
como pensamiento
moral y como resultado histórico, contribuye a darle un
marco de referencia y sentido a su obra política. Sin
embargo, la UDI insistió en que no es un partido
confesional por que entiende que las cuestiones contingentes no
admiten una respuesta única.

A cargo de la tarea formativa de los jóvenes
afines al pensamiento de Guzmán, quedó desde poco
después de su asesinato la Fundación Jaime
Guzmán E., cuya presidencia ha ocupado su madre, la Sra.
Así como el asesinato de Jaime Guzmán movió
a muchos a ingresar a la UDI, todos los dirigentes del partido,
ante la ausencia de su líder, redoblaron su compromiso de
trabajo y entrega. En este importante contingente de dirigentes,
cabe señalar el aporte permanente que han hecho Carlos y
Gabriel Villarroel, Carlos Goñi, Mario Varela, Alfredo
Galdames, Guillermo Arthur, Javier Leturia, Hernán
Büchi, Ernesto Silva, Patricio Valdivia, Nalto Espinoza,
Flavio Angellini, Carola Plaza, Floridor Pinto, Javier Vera, Luis
Parot, Iñaki Busto, Pilar Urrutia, Jacqueline Van
Rysselberghe, Juan Jorge Lazo, entre muchos
más.

Para la UDI, el desafío era aún mayor, ya
que por primera vez en su historia, disputaba una elección
en todo el territorio nacional, con la desventaja de que sus
parlamentarios no alcanzaban a cubrir ni un tercio de todas las
comunas del país.

Ante la dificultad que para la UDI presentaba esta
elección, Joaquín Lavín quiso asumir una
primera línea en este duro desafío y se
presentó como candidato a alcalde por Las Condes. El
Secretario general de la UDI daba el ejemplo de aspirar a un
cargo, que en esa época, era considerado de menor valor
político que una diputación o una senaduría.
La UDI eligió 22 alcaldes, entre ellos Joaquín
Lavín y 178 concejales y 9 Cores, pudiendo continuar
así con una de sus tradiciones más queridas, cual
es servir al país desde los gobiernos locales. No obstante
lo anterior, los equilibrios políticos, claramente
favorables a la Concertación, se mantenían, lo que
ponía una exigencia permanente a la acción
política del partido, la que al año siguiente
sería puesta a prueba en forma muy exigente. No es el caso
de la UDI. Finalmente, en los años 1998 y 1999, la meta propuesta
era ganar la presidencia para la Centro Derecha, con un candidato
de la UDI. Para crecer hacia sectores no tradicionalmente
cubiertos por la acción de la UDI, para fortalecer su
identificación con el mundo popular y consecuente con el
espíritu de servicio público que caracteriza al
partido, se diseñó y ejecutó el programa
"UDI en Terreno". En ese consistió la "UDI en Terreno";
ésa es la definición principal y permanente de la
UDI.

Pero la "UDI en Terreno" no sólo
profundizó la vocación del partido por el mundo
popular, sino que sirvió también para llevar su
presencia y estilo hacia lugares o sectores donde antes no se
había actuado con fuerza. La vinculación con las
zonas extremas del país y sus problemas
singulares, y la fuerte presencia de la UDI en el mundo
agrícola y campesino,
fueron fruto de intensas actividades en terreno.

Dentro de esta estrategia de
crecimiento, la UDI, que había nacido fuertemente
vinculada al mundo universitario y que, en su desarrollo
había contado con un importante contingente de
profesionales dedicados al servicio público,
decidió fortalecer su presencia en ese ambiente y convocar
a profesionales, técnicos y empresarios que, por
razón de sus actividades privadas, estaban alejados de la
política. Así nació la
organización denominada Profesionales al Servicio de
Chile, donde participan militantes e independientes.

En una reunión que impresionó por el
poder de
convocatoria que mostró la UDI, su presidente llamó
a los más de dos mil asistentes a hacer su aporte a la
vida pública y a colaborar, desde sus distintas
actividades, con quienes estaban en la primera línea de la
lucha política. Así, en diciembre de 1994
quedó constituida la organización, cuyo Consejo
Directivo, encabezado por Sergio de Castro.

Profesionales al Servicio de Chile cuenta hoy con
más de 4.000 adherentes y constituye un grupo de
excelencia, probablemente el más destacado que conoce el
país.

El crecimiento y la influencia de la UDI quedaron de
manifiesto cuando, a finales de 1995 debió encabezar,
solidariamente, la oposición a las reformas
constitucionales que el gobierno de la Concertación
quería imponer, como pretexto de una solución a los
problemas de derechos
humanos.

La Directiva de RN se plegó a esa propuesta, pero
la UDI, en una notable demostración de capacidad
política, logró impedir que la Concertación
consumara sus propósitos.

La defensa de la institucionalidad quedó plasmada
de un documento, El Valor de la Estabilidad, que suscribieron el
Almirante Merino, los ex ministros del Interior Sergio
Fernández, Sergio Onofre Jarpa y Carlos Cáceres,
los ex candidatos presidenciales a la Centro Derecha,
Hernán Büchi y Arturo Alessandri, y el Presidente de
la UDI, Jovino Novoa.

Joaquín Lavín es un servidor
público que lleva impreso en su modo de hacer
política las características que el movimiento tuvo
desde sus orígenes. En Joaquín Lavín se
aprecia con claridad el concepto,
profundo y amplio, que Jaime Guzmán tenía de los
derechos de las personas, al considerar que no era posible
asimilarlos solamente a los derechos humanos o a los derechos
políticos, había que hacerlos extensivos
también a los que él denominaba los derechos
cotidianos de la gente.

Bajo esta nueva forma de liderazgo, que
excede los marcos tradicionales de la política chilena, la
Alianza por Chile, que integran la UDI y RN, junto con millones
de chilenos de todos los sectores, apoya decididamente el
proyecto de su candidato presidencial, Joaquín
Lavín, cuyo triunfo traerá el cambio que
Chile necesita. Un cambio profundo en lo político,
económico y social, que hará que Chile retome la
senda de desarrollo y progreso que la Concertación ha
extraviado, que dará a Chile un nuevo Gobierno que dedique
su esfuerzo a solucionar los problemas de la gente y no se
desgaste en inútiles querellas políticas, y que
permita que los chilenos puedan mirar con esperanza el futuro, en
un clima de paz y unidad.

La UDI enfrenta en estos momentos su mayor
desafío político: alcanzar la Presidencia de la
República. "Pero ni este desafío, ni los
éxitos pasados o los que vengan en el futuro, harán
que la UDI abandone su razón de ser: servir a Chile,
conservando y custodiando el sello de su fundador. La UDI sabe
que en el horizonte de la política nacional, está
llamada a cumplir un destino histórico, que se forja en el
trabajo, en los éxitos y en la adversidad, que trasciende
a los hombres e incluso a las grandes victorias que ellos puedan
obtener; por ello, la UDI; más que un partido, es un
camino para servir a Chile
" destacan los actuales
políticos de este partido.

Concluyendo, todo partido, a lo largo de su
formación, se conforma en una integridad basada en su
organización, en este caso la UDI posee un sistema
organizacional relativamente sencillo. Su órgano supremo y
sede del manifiesto gremialista del partido es la Directivas
Política
, la cual esta integrada por un Tribunal
Supremo
y una Comisión Política, esta
directiva se encuentra dirigida por el Presidente de la
Unión Demócrata Independiente, actualmente Jovino
Novoa; en grado jerárquico, descienden las diversas
Directivas Regionales, representantes del partido en las
regiones chilenas; luego continúan una serie de
Directivas Distritales, prolongándose con las
Directivas Comunales, concluye con una directiva asociada,
la Directiva de Nuevas Generaciones, encargada de orientar
a los futuros gremialistas; todas las diversas directivas en que
se basa el sistema orgánico de la UDI están
compuestas por los siguientes cargos: Presidente de la
Directiva
, Vicepresidentes (a excepción del
Tribunal Supremo) y un Secretario. Las distintas
directivas están encargadas de "prestar los servicios
políticos y sociales en los que la UDI se basa
", a
como se refieren los militantes al referirse a sus
organismos.

Para lograr expresar mejor el sistema orgánico en
que se sienta la UDI se expresará a continuación un
organigrama, en
donde se expondrán las diversas directivas y los otros
organismos que conforman el pilar de los gremialistas:

Principios del
partido:

Los principios en que se basa la UDI fueron establecidos
por Jaime Guzmán en su forja del gremialismo, como ellos
mismos se refieren, son: "creación de su mentor".
Pero con el tiempo la UDI ha ido universalizando sus posturas y
desenvolviéndose en muchos temas, por lo que en la Punta
de Tralca en 1991 se organizó un documento donde se
inscribieron 23 puntos clave sobre la doctrina y principios del
partido, de los cuales e querido presentar los cuales e
considerado más trascendentales:

Persona, familia, sociedad
y estado

Existe un orden moral objetivo, que
está inscrito en la naturaleza
humana. A ese orden moral, fundamento de la
civilización occidental y cristiana, debe ajustarse la
organización de la sociedad y debe subordinarse todo su
desarrollo cultural, institucional y económico.

De la dignididad espiritual y trascendente del ser
humano emanan derechos inherentes a su naturaleza, anteriores y
superiores al Estado. El ejercicio de la libertad individual
está vinculado al cumplimiento de deberes personales y
sociales, sin lo cual la convivencia social deriva en
anarquía. El sentido espiritual de la vida, contrario a
toda forma de materialismo
doctrinario o práctico, es una exigencia que le impone al
hombre su propia dignidad.

La familia, núcleo básico de la sociedad,
debe ser respetada y fortalecida. Las personas tienen derecho a
formar agrupaciones intermedias entre la familia y
el Estado, con
autonomía para propender a sus fines
específicos.

El Estado tiene por finalidad promover el bien
común general entendido como el conjunto de condiciones
sociales que permita a cada miembro de la comunidad
nacional su más plena realización espiritual y
material posible.

Libertad y desmasificación de la persona

La capacidad de reflexión personal es requisito
para asumir la responsabilidad del propio destino. En tal
sentido, Unión Demócrata Independiente subraya el
imperativo de tender a evitar la masificación de la
persona, para resguardar y estimular su libertad individual.
Sólo quien se forma juicio propio y fundado sobre la
realidad, ejerce cabalmente su libertad personal.

Desmasificar a la persona es restaurar su dignididad,
rescatándola de la consigna, la demagogia y, en general,
de las tendencias uniformadoras y desinformadoras que en la
sociedad de hoy atentan contra la libertad intelectual y
espiritual de las personas. En la manipulación de los
seres humanos y en el detrimento de su albedrío o
libertad, se sustenta el socialismo en sus
variadas expresiones, que alcanza en las de signo totalitario sus
grados más extremos y repudiables.

Derechos básicos y
seguridad

Unión Demócrata Independiente proclama
como esencial el reconocimiento de los derechos y libertades que
una sociedad libre debe asegurar a sus habitantes, entre los
cuales resaltan con especial relevancia el derecho a la vida,
incluida la del que está por nacer; el derecho a la
integridad física y
psíquica de toda persona, que excluye cualquier apremio
ilegítimo; la libertad personal y seguridad
individual.

La protección de los derechos y libertades exige
las garantías jurídicas para hacerlos valer
eficazmente ante Tribunales de Justicia
independientes.

Lo anterior debe armonizar con la necesidad de contar
con disposiciones de excepción que permitan cautelar el
orden social y la seguridad de las personas ante las
múltiples amenazas que en el mundo contemporáneo
afectan a esos valores. La
aplicación de tales disposiciones de excepción solo
es admisible en el grado y por el lapso estrictamente
indispensable para conjurar el peligro; y su normativa
jurídica debe incluir, por tanto, resguardos y contrapesos
que eviten su posible uso excesivo.

Creación individual y derechos
cotidianos

Unión Demócrata Independiente destaca la
necesidad de estimular la capacidad creadora de cada persona,
como fundamento e impulso de su progreso espiritual y
material.

Asimismo, aprecia especialmente la protección
jurídica y la extensión práctica de aquellos
derechos o libertades, predominantemente culturales y
económicos-sociales, cuyo ejercicio cotidiano decide el
destino de cada persona y de su familia. Entre ellos
destacan:

– La Libertad de educación, proyección del
derecho de los padres a educar a sus hijos. La libertad de cultos
religiosos.

– La libertad de creación cultural, intelectual y
artística.

– La libertad de
expresión e información, incluido el acceso de los
particulares a la propiedad y
gestión responsable de todos los medios o formas de
comunicación masiva.

– La libertad de asociación, incluyendo la de
sindicarse o afiliarse a cualquiera entidad gremial, o no hacerlo
o formar agrupaciones distintas, sin que ello jamás limite
la libertad de trabajo.

– La libertad de escoger entre distintas prestaciones
de salud pública o privada.

– La libertad de crear y desarrollar actividades
económicas sujetas en su éxito o fracaso a reglas
objetivas y no a la discrecionalidad funcionaria.

– El derecho de
propiedad, que debe ser sólidamente respetado a nivel
constitucional y práctico. Los estatismos o socialismos
que cercenan tales derechos, atentan contra la libertad que
requiere la sociedad para desenvolverse, y restringen o anulan
los derechos políticos.

La Mujer en la
Sociedad

Unión Demócrata Independiente reconoce la
importancia de la mujer dentro
de la sociedad, por el papel relevante que a ella le ha cabido a
lo largo de toda la historia de la patria.

Unión Demócrata Independiente
sostendrá con energia el
principio de la igualdad de derechos de la
mujer en todas las, actividades, laborales u otras, en que se
desempeña paralelamente con el hombre;
velará porque se le abran las mayores oportunidades
posibles y se opondrá a toda forma injusta de discriminación económica o social
que la afecte.

Asimismo, Unión Demócrata Independiente
valora de un modo especial las virtudes y las funciones propias
de la mujer como portadora de la vida, núcleo de la
familia y agente principal de de la transmisión de los
valores
morales y las tradiciones.

Consecuente con ello Unión Demócrata
Independiente se empeñará para que se permita a la
mujer compatibilizar las actividades que ella realiza en la
sociedad con las funciones que le son propias, especialmente
aquellas relacionadas con la maternidad, la crianza de sus hijos
y el cuidado de la familia.

La juventud y el destino
nacional

Por su estructura
demográfica, Chile es un país joven. Asimismo, su
historia indica que los jóvenes han tenido siempre una
fuerte gravitación en la trayectoria patria.

Unión Demócrata Independiente realza la
importancia de impulsar en la juventud el espíritu de
servicio público que la incentive a asumir
responsabilidades cívicas, ofreciéndole a la vez un
cauce para su participación protagónica en el
quehacer nacional.

Cada generación joven tiene percepciones y
sensibilidades propias frente a la realidad del país.
Recoger sus enfoques en todo su potencial creativo y contribuir a
canalizarlos constructivamente, constituye una de las exigencias
esenciales para una adecuada evolución social y política de la
comunidad nacional.

La juventud debe ver siempre en Chile un desafío
que la proyecte hacia horizontes espirituales y
patrióticos, nutridos de ideales realistas que contrasten
con las utopías desquiciadoras. Multiplicar y diversificar
las opciones educacionales, junto con incrementar las
posibilidades de empleo
útil para todo joven que lo demande, debe asumirse como
una meta sociocultural prioritaria.

Régimen político

Unión Demócrata Independiente afirma que
el régimen democrático propio de Occidente es la
forma de gobierno inherente a la tradición e idiosincrasia
chilena.

Dicho régimen comprende, entre otros aspectos, la
igualdad ante la ley; el robustecimiento de las funciones del
Estado, limitándolas a la vez a las que le son propias; la
posibilidad de las diversas tendencias democráticas de
alternar en el ejercicio del poder; la renovación
periódica de las autoridades políticas y los
demás elementos que caracterizan a un Estado de
Derecho.

Consciente del proceso de descomposición
política y social que el régimen democrático
chileno experimentó en las últimas décadas,
cuya derivación totalitaria hizo ineludible el
pronunciamiento militar de mil novecientos setenta y tres.
Unión Demócrata Independiente se propone imprimir
al nuevo sistema
político, la rectitud, la seriedad y la eficiencia
necesarias para evitar el imperio de la demagogia y el retorno de
la amenaza totalitaria.

Adhesión valores esenciales, pluralismo
político y sus límites

El sistema democrático sólo puede ser
estable si las opciones electorales que compiten por el poder
comparten sus elementos esenciales y se guardan un mínimo
respeto
recíproco.

Ninguna elección o plebiscito puede representar
amenazas para los valores
fundamentales de la chilenidad, ni poner en juego
legítimos principios esenciales para los integrantes de la
sociedad. Es preciso aceptar, por tanto, que el pluralismo
político tiene límites.

Unión Demócrata Independiente sostiene que
es lícito que -a través de un órgano
jurisdiccional independiente- se suspenda el ejercicio de los
principales derechos cívico-políticos a las personas o grupos que
pretendan valerse de ellos para conculcarlos, propagando
doctrinas totalitarias o violentistas.

Similar exclusión es válida respecto de
las organizaciones o partidos que, por sus objetivos o por la
conducta de sus
adherentes tiendan a igual propósito.

En todo caso, la derrota política definitiva de
los totalitarismos exige, además, que los
demócratas desplieguen una voluntad constante para
desarrollar el conjunto de las acciones que son necesarias con
tal objeto. Unión Demócrata Independiente y sus
integrantes se hacen resueltos partícipes de esa
responsabilidad.

Rechazo a los totalitarismos

Consecuentemente con el humanismo
propio de una sociedad libre, Unión Demócrata
Independiente se declara resueltamente contraria a todo
totalitarismo, cualquiera sea su signo.

Por ello, Unión Demócrata Independiente
repudia el Marxismo y condena todo pacto o alianza que facilite
su penetración e influencia en la sociedad
chilena.

Independientemente de su agravante leninista, la
doctrina de Marx y Engels es
esencialmente totalitaria. No hay compatibilidad posible entre
ser marxista y ser demócrata. En definitiva, no existe
conciliación posible entre marxismo y libertad.

El marxismo-leninismo es, además, un instrumento
del imperio soviético en sus propósitos
hegemónicos. Combatirlo es, pues, una exigencia
patriótica en defensa de la soberanía chilena, y
comprende la lucha contra el Partido Comunista como el agente
directo de la Unión Soviética en su afán por
convertir a Chile en otro satélite de su
órbita.

Un Nuevo Rostro del Marxismo

El avance contemporáneo conduce a que
progresivamente desaparezca el proletariado como la fuerza con el
perfil y la influencia que se le adjudicó en la sociedad
industrial. El mundo se sitúa hoy en la era
post-industrial, con una desarrollada economía de
servicios y una ampliación del ámbito de las
decisiones individuales, propio del progreso tecnológico
actual. Ello torna cada día más obsoleta la
estrategia leninista para establecer la dictadura del
proletariado.

El Marxismo modifica así su fisonomía
hacia enfoques más sutiles como el de Gramsci, que
preconizan apoderarse de las sociedades
libres a través de la erosión de
sus instituciones fundamentales y del dominio de la
cultura. Para ello se fomenta la destrucción
sistemática de los valores cristianos, especialmente los
referidos a la familia y las costumbres públicas y
privadas.

El debilitamiento del matrimonio, la
legalización del aborto y la
permisividad frente a la pornografía y las drogas son
síntomas que -aunque de variados orígenes- se
fomentan o aprovechan por esta nueva expresión gramsciana
del marxismo, que hoy amenaza incluso a los países
más desarrollados del Occidente.

Enfrentar los peligros que entraña dicha
agresión contra el espíritu y los valores de la
cultura occidental y cristiana, es una obligación de
especial actualidad que Unión Demócrata
Independiente asume y respecto de la cual alerta a los
chilenos.

Sistema económico social

Unión Demócrata Independiente propicia una
economía social de mercado, basada en la propiedad privada
de los medios de producción y en la iniciativa y la
armonía social como motores
básicos del desarrollo
económico.

La experiencia demuestra que los sistemas
económicos que estimulan en cada persona la capacidad
generadora de riqueza, obtienen un desarrollo económico y
un bienestar social muy superiores a los colectivismos
planificados por la burocracia
estatal. Sólo una economía social de mercado
permite lograr esos resultados económicos y sociales en la
forma equilibrada y simultanea que es indispensable.

El respeto de la libertad económica de los
individuos, tanto en su carácter de productores como de
consumidores, es sólido fundamento de la libertad
política. Por el contrario, cuanto más se acerque
el Estado a ser el único empleador o fuente de ingresos para las
personas, más próximo se estará al control de
éstas por los detentadores del poder
político.

Las libertades políticas y económicas son
interdependientes y la subsistencia de unas sin las otras
sólo puede registrarse de modo precario, excepcional o
transitorio.

Unión Demócrata Independiente subraya, sin
embargo, que las libertades económicas deben ejercerse
conforme a normas éticas rigurosas y sujetarse a un marco
jurídico que impida su abuso. Asimismo, declara su
propósito de acelerar el avance hacia la meta de que Chile
sea una nación de propietarios y no de proletarios,
extendiendo al máximo las formas de acceso a la propiedad
y el número de propietarios. El arraigo social de la
propiedad reside en su mayor difusión.

Unión Demócrata Independiente postula una
economía abierta a la competencia
interna y externa, donde el mercado sea el asignador preferente
-aunque no absoluto- de los recursos
productivos, todo ello dentro de un marco de adecuada defensa de
los productores nacionales. Para que el mercado opere
efectivamente, el Estado debe impedir las prácticas
monopólicas, incluidas especialmente las concertaciones de
precios.

Unión Demócrata Independiente destaca la
importancia de las pequeñas y medianas empresas, porque
ellas contribuyen a difundir la actividad empresarial y favorecen
significativamente la generación de empleo, objetivos
ambos que fortalecen la estabilidad social.

El estado social en el ámbito
económico-social

El Estado debe desempeñar activa y eficazmente su
irrenunciable papel orientador, normativo y fiscalizador de la
actividad económica, independientemente de sus funciones
de carácter subsidiario, incluido el impulso a la
iniciativa privada.

En virtud de su rol orientador, compete al Estado
conducir y guiar las políticas macroeconómicas,
básicamente las políticas fiscal,
monetaria y cambiaria.

Dentro del ámbito normativo, corresponde al
Estado asegurar un marco institucional estable para las
actividades económicas, adoptando las definiciones que
afectan a la sociedad en su conjunto y en las cuales no caben
soluciones
distintas para las diversas personas. Asimismo, el Estado
deberá proveer o sustentar los ingresos para los
más pobres que, de acuerdo a cada circunstancia
histórica y las posibilidades del país, se estimen
como los mínimos necesarios para una digna
subsistencia.

Superar los niveles de pobreza que
impiden a quienes los padecen una efectiva incorporación
al progreso general del país, y preocuparse por la
capacitación y educación de estos
sectores, reviste para Unión Demócrata
Independiente un imperativo y un compromiso moral y social
prioritarios.

En el campo fiscalizador, compete al Estado controlar el
funcionamiento de la economía y sus agentes, y el
cumplimiento de las leyes, normas y reglas objetivas o
impersonales, con la mayor diligencia y el mínimo posible
de discrecionalidad funcionaria.

En la aplicación del principio de subsidiariedad,
el Estado deberá asumir con prontitud cualquier
vacío en funciones socialmente deseables y que los
particulares no puedan desempeñar. Sin embargo, el Estado
subsidiario debe estimular la iniciativa particular en dichos
ámbitos, para reducir progresivamente la necesidad de esa
suplencia estatal y reforzar así sus insustituibles
funciones orientadoras, normativas y fiscalizadoras.

En el campo de la producción, el Estado debe
procurar ser coordinador e impulsor, antes que convertirse
él mismo en empresario,
situación que siempre debe considerarse
excepcional.

Régimen Laboral

La legislación
laboral fundada en la libertad para construir gremios y
sindicatos,
debe permitir a cada persona decidir soberanamente sobre su
legítima afiliación sindical o gremial.

La negociación colectiva es un derecho de los
trabajadores, cuyo desenlace será justo y sólido en
la medida en que determine remuneraciones
que reflejen el aporte de aquellos a la productividad de
la empresa en
que laboran.

En caso de fracasar las negociaciones, la huelga y el
loc-out son situaciones legalmente posibles, sin perjuicio de la
obligación de que la ley prohíba las paralizaciones
de actividades que dañen gravemente el resto de la
comunidad. En tales casos debe procederse a un arbitraje
obligatorio, independiente de la autoridad
gubernativa.

Los sistemas de solución de los conflictos
laborales deben responder no sólo al interés de
empresarios y trabajadores, sino al del conjunto de la sociedad,
evitándose fórmulas que desemboquen en
inflación o desempleo.

Los intereses de la comunidad deben cautelarse por la
propia legislación laboral y no por intervenciones
discrecionales del gobierno. Compete a éste velar por el
cumplimiento integral de la ley, sin convertirse en actor o parte
de negociaciones colectivas.

Unión Demócrata Independiente sostiene que
el gobierno debe velar por los sectores más pobres y sin
voz organizada, prescindiendo de criterios demagógicos que
lo induzcan a favorecer arreglos entre los grupos
empresariales

Descentralización, regionalización y
participación

Unión Demócrata Independiente impulsa la
descentralización como elemento
básico de una sociedad libre. Ella evita concentraciones
de poder estatal amenazantes para la libertad de las personas. Al
acercar el nivel de las decisiones a ámbitos más
próximos para cada ciudadano se favorece una efectiva
participación social. La descentralización es el
elemento clave de la dispersión del poder que debe
singularizar a una sociedad libre.

Unión Demócrata Independiente aprecia la
comuna como una instancia clave de dicha participación y
la considera eje de todo proceso descentralizador, lo cual exige
una preocupación cívica especial por los municipios
y el respeto al carácter despolitizado que les debe ser
propio. De igual modo, Unión Demócrata
Independiente destaca la importancia de intensificar la
regionalización del país, fortaleciendo la
autonomía de las regiones para decidir respecto de sus
problemas y realidades peculiares, conforme a soluciones
diferentes exigidas por la muy variada condición
geográfica de cada una.

Cuerpos intermedios despolitizados, gremialismo y
áreas de neutralidad

Unión Demócrata Independiente realza la
trascendencia que para una sociedad democrática
participativa reviste el aporte de un rico tejido de variadas
organizaciones intermedias autónomas.

La autonomía de los cuerpos intermedios
culturales, vecinales y funcionales, sean estos últimos de
carácter sindical, empresarial, profesional o estudiantil,
supone que esas entidades no excedan su ámbito propio y
especifico.

La UDI en
gráficos:

A lo largo de su historia, la UDI a logrado apoderarse,
en un gran porcentaje, de los ideales de muchos chilenos,
según índices del CERC que a publicado una serie de
datos que
expresan que: dentro de los partidos políticos hay una
aseverada diversidad de estabilidad electoral, siendo la UDI el
más estable. Por otra parte, los entrevistados que
habían declarado su tendencia política a favor de
la UDI mantienen la estabilidad de voto en dicho partido,
fomentando el equilibrio de
este partido:

La UDI, como hemos dicho, se ha ido posicionando en la
mente de los chilenos, este hecho a sido un proceso largo y duro,
proceso que ha dado frutos interesantes y que hoy podemos
percibirlos. Pero dicho fruto es obra de la forma de la UDI de
llegar a la mente de sus militantes, formas que han sufrido
variaciones, pero que a lo largo la han posicionado como un
partido preponderante en la política chilena y un coloso
dentro de la derecha histórica chilena.

Tomando en cuenta, según se refieren ciertos
analistas, Renovación Nacional expresa por su parte los
ideales de la derecha tradicional chilena, en cuanto la UDI
expresa que ella muestra los
ideales de una nueva derecha chilena, surgida luego de la
transición, que como ocurre sucederles, citan a su mentor
como el forjador de esto, Jaime Guzmán. Dichos frutos que
surgieron al posicionarse el gremialismo en el FEUC, y luego con
las agrupaciones durante el régimen militar, al igual que
su progreso político durante y posterior a la
transición, han llevado, como ellos expresan a ser el
"un camino para Chile", camino que cuenta, según el
siguiente grafico, con los siguientes índices de votantes,
basados en la evolución a lo largo de los
años:

Para dar a entender el continuo posicionamiento
de la UDI en la gente y su efecto, me gustaría expresar
los resultados obtenidos en las elecciones parlamentarias del
año 2001, en dichas elecciones se demuestra la
participación activa de este partido en nuestra vida
política, y el aumento de la oposición en el
Congreso Nacional, hecho que caracteriza como un hito la historia
del gremialismo y de la derecha chilena, luego de la
transición.

La siguiente tabla expresa los nombres de los
parlamentarios que representará la UDI al interior del
Congreso Nacional, se expondrán divididos en la
Cámara Alta y Baja del parlamento los 36 diputados y 11
senadores con que cuenta el partido, demostrando que en aquellas
zonas con una mediana industrialización, índices de
urbanización en ascenso, y grandes productores de
servicios, como lo son la I, II y V región, entre otras,
representan en pleno la potencialidad electoral con que cuenta la
UDI en nuestros días, y, como ya nos referimos
anteriormente, la demostración de ello en la siguiente
lista:

 

Senado

Cámara de
Diputados

Jaime Orpis Bouchon

Rosa González Román

Evelyn Matthei Fornet

Ramón Pérez Opazo

Jorge Arancibia Reyes

Manuel Rojas Molina

Andrés Chadwick Piñera

Darío Molina Sanhueza

Juan Antonio Coloma Correa

Marcelo Forni Lobos

Hernán Larraín
Fernández

Gonzalo Ibáñez Santa
María

Marco Cariola B.

Alejandro García-Huidobro
Sanfu

Rodolfo Stange Oelckers

Eugenio Bauer Jovanne

Sergio Fernández
Fernández

Juan Alfonso Masferrer Pellizzari

Jovino Novoa Vásquez

José Ramón Barros Montero

Carlos Bombal Otaegui

Sergio Correa de la Cerda

Pablo Prieto Lorca

Ignacio Urrutia Bonilla

Jorge Ulloa Aguillón

Andrés Egaña Respaldiza

Iván Norambuena Farias

Víctor Pérez Varela

Eduardo Díaz del Río

Gastón Von Muhlenbrock Zam

Javier Hernández
Hernández

Carlos Recondo Lavanderos

Claudio Alvarado Andrade

Rodrigo Álvarez Zenteno

Patricio Melero Abaroa

Pablo Longueira Montes

Cristián Leay Morán

Mario Varela Herrera

Marcela Cubillos Sigall

Julio Dittborn Cordua

Felipe Salaberry Soto

Iván Moreira Barros

María Angélica Cristi

Darío Paya Mira

José Antonio Kast Rist

Gonzalo Uriarte Herrera

Los siguientes gráficos que se mostraran expresan
en porcentajes la cantidad de sufragadotes con que contó
la UDI durante las elecciones parlamentarias del año 2001
con respecto a los otros partidos, mientras que también se
expondrá otro grafico mostrando la evolución de la
representación parlamentaria de la UDI, todo esto a fin de
consolidar y confirmar la evolución de la UDI de un
partido de masas, muy popularizado y seguido no solo por sus
militantes, sino como se configuró como partido de elite,
y como se consolido como uno de los más importantes en la
vida política contemporánea de nosotros.

Dichos datos serán expresados en las siguientes
dos tablas expuestas a continuación:

El último tema que nos queda por presentar, se
refiere a la presencia de la UDI en las zonas populares y de alta
concentración de votantes, elemento que estudiamos desde
una perspectiva electoral, considerando las capitales regionales
y algunas comunas de la Región Metropolitana, para lo que
utilizaremos las tres ultimas elecciones municipales que se han
dado en nuestro país. Posteriormente, sólo nos
valdremos de la elección municipal de octubre del
año 2000 para analizar las 20 comunas con más bajo
Índice de Desarrollo
Humano y las 10 comunas con más votantes. La
comparación se realizó, según la fuente de
donde obtuvimos dichos datos, tan solo de RN, por lo que se
podrá observar el poder de sufragio en cada uno de los dos
bloques de la derecha chilena.

Respecto a la votación por capital
regional el gráfico da cuenta de la estrategia de la UDI
respecto a concentrar la competencia en las zonas más
significativas, es decir, Santiago, Concepción y
Valparaíso, donde obtiene amplias ventajas sobre sus
aliados, al igual que en centros urbanos cercanos a estos polos
tales como Talcahuano y Viña del Mar, cuestión que
se expresó con mayor nitidez en las municipales de octubre
del año 2000, sin perjuicio de que hayan mantenido
supremacía en las otras elecciones. También es
importante destacar las zonas de Talca y Punta Arenas, y la baja
presencia en el norte del país, lo que nos lleva a
concluir que es un partido que ha focalizado su trabajo en la
zona Centro-Sur, dejando a RN las regiones del norte, donde se da
una férrea competencia con los partidos de la
Concertación. La UDI ha logrado permanentemente triunfos
en 5 de las 13 capitales regionales, pero de esas 5, tres son las
más relevantes desde un punto de vista electoral:
Santiago, Valparaíso, Concepción.

Es importante señalar que la elección del
año 2000 marcó una nueva etapa en las relaciones
RN-UDI, ya que estos partidos acordaron una lista de candidatos
privilegiados a alcaldes, permitiéndoles ganar más
alcaldías que en los comicios de 1996, pues pasó de
132 a 165, en tanto que la Concertación redujo su poder
local de 197 alcaldías en 1996 a 169.

En cuanto a las principales comunas de la Región
Metropolitana, la "vocación popular" de la UDI es uno de
los elementos que más la distinguen de la derecha,
cuestión que se demuestra empíricamente no
sólo en las comunas con menores recursos, sino que
también en localidades de Santiago que son reconocidas
como "populares", donde obtiene destacadas victorias,
especialmente en Conchalí, Renca, Huechuraba, Recoleta,
San Ramón, San Bernardo, en que ha sobrepasado a RN en las
tres elecciones municipales.

Es importante considerar que en las elecciones
municipales del año 2000, la Concertación
sólo controló el 33% de las alcaldías en la
Región Metropolitana, lo que es una baja considerable al
compararla con el poder que alcanzó en esta misma zona en
1996, un 77%, lo que demuestra al empinado camino propuesto por
la Alianza por Chile en esos cuatro años, y la labor
considerable de la UDI en dicha situación.

Concluyendo, como ya hemos citado en la evolución
del partido, la meta actual de la UDI es conquistar la
Presidencia de la Republica, este hecho se ha ido reforzando a lo
largo de los años, si tomamos en cuenta las últimas
elecciones presidenciales, observaremos que el candidato de la
Alianza por Chile, Joaquín Lavín, perteneciente a
la UDI, logro un amplio numero de sufragadotes, al punto de
corresponder una segunda vuelta de elecciones, considerando las
masas militantes y congregaciones que forman las dos grandes
coaliciones nacionales, observaremos que la Concertación
cuenta con un amplio numero de sufragadotes debido a su
extensión de agrupaciones políticas, mientras que
el numero reducido de la Alianza por Chile no se torna un
defecto, provocando que los índices de votación que
separan a ambos candidatos en las ultimas elecciones
presidenciales ocurridas entre los años 1999-2000,
reflejan un numero muy pequeño de diferencia, por lo que
podemos proyectar que a futuro la UDI pudiese conquistar la
necesidad de votos requeridos, con lo que no se
encontraría tan lejos de completar su meta. Para aclarar
lo anterior se completará con un grafico:

Conclusiones:

  • Partido de masas y partido de
    elite:

Podemos concluir luego de todo lo analizado en el
trabajo, que la Unión Demócrata Independiente ha
pasado por una fervorosa evolución, la cual la a logrado
posicionar y consolidar no solo como el principal partido
político desde el punto de vista de la masa electoral,
sino que su progreso la ha logrado robustecer como un
preponderante partido de elite.

Dicha evolución no ha sido fácil, en el
momento en que Jaime Guzmán fundo el movimiento
gremialista, la UDI empieza a constituirse como un movimiento un
movimiento ideológico, pero ante su inexistencia como
partido debido a su inhabilidad jurídica, propiciada por
la constitución vigente en aquellos años,
resultaría contradictorio referirse a partido de
masas.

Pero el tiempo y la lucha recompenso a los gremialistas,
el "tan esperado" 11 de Septiembre de 1973 arribó
entre bombos y platillos para estos, la configuración de
un régimen militar a cargo del general Augusto Pinochet
reforzó la masa creciente de gremialistas, que desde la
época de la lucha de Guzmán por la FEUC se
había ido extendiendo por las regiones, como ya se ha
señalado. Aunque en aquellos instantes no existían
partidos políticos, decidí realizar una
citación a semejante suceso, nunca antes una ideología se había extendido a tal
velocidad y
había consolidado una fuerza capas de tomar decisiones
dentro de la época dictatorial.

La formación del Frente Juvenil de Unidad
Nacional, la Nueva Democracia y la unión con la
agrupación de Renovación Nacional, como la pronta
ruptura con este, señalan los albores del nacimiento de la
Unión Demócrata Independiente como un partido de
masas. Dentro de los sucesos destacados, es conveniente citar la
importancia interna de la ruptura con renovación nacional
en aquellos días, aunque los gremialistas de la
época fueron inmensamente criticados, estos se
sentían satisfechos ya que habían conseguido
dominar y mantener su propia identidad,
hecho que les beneficiaria a futuro.

El partido de masas de la UDI demostró ser
sumamente poderosos, como se cito anteriormente, no mucho
después de la ruptura con RN, la UDI es fundada
oficialmente y adquiere personalidad
jurídica en la forma de su mentor, Jaime Guzmán,
por el cual culmina el ciclo de la masa militante, en tan solo un
día de ser fundado, contaba ya con 80.000 inscritos
militantes como señalan datos provenientes de
estos.

Este hecho abrió paso a su carrera por conquistar
la supremacía, ser un partido de elite, hecho que ha
conquistado con su constante aumento en la masa electoral, la
cual es actualmente la más poderosa, ubicada
aproximadamente en un 26%, mientras que su representación
parlamentaria continua en ascenso, lo que representa que su
influencia en el gobierno continua en aumento al ocupar 36 sillas
de diputados y 11 de senadores. La Alianza por Chile entablada
con Renovación Nacional refuerza el prestigio y la masa
electoral, con lo que se han abierto nuevas vías para la
UDI con las que puede seguir con sus caminos de
progreso.

Concluyendo la UDI, al consolidarse como el principal
partido de elite según las estadísticas, conseguiría el pleno
auge de progreso al asumir como Presidente de la Republica don
Joaquín Lavín, quien es el candidato presidencial
más probable para la UDI y la Alianza por Chile durante
las próximas elecciones a realizarse en el año
2006.

 

Mattia Casali Guidugli

Julio 2004

Partes: 1, 2
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